Introducción: del monocultivo científico a las ecologías de los saberes
En 2020, al inicio de la crisis del covid-19, Arundhati Roy nos alertó de varias de sus implicaciones sociales. Hoy, con más de cinco millones de víctimas de esta pandemia, es importante reflexionar sobre sus efectos en nuestras vidas, sobre los cambios que la pandemia ha aportado. En este artículo intentaré, en un primero momento, hacer una valoración crítica de la permanencia de una monocultura basada en la racionalidad científica en la apreciación de las crisis que marcan nuestro mundo. En un segundo momento, a partir de un amplio análisis
centrado en la ecología de los saberes (Santos, 2010), parte fundamental de las epistemologías del Sur, presentaré algunas propuestas de cambio, situadas, para pensar juntas el camino. La complejidad y la magnitud de los actuales problemas ambientales y sociales globales exigen un verdadero diálogo entre todos los sistemas de conocimiento del mundo para superar situaciones de injusticia cognitiva.
Al igual que en el pasado, con otras pandemias, el coronavirus ha demostrado cómo los microorganismos se propagan libremente, sin necesitar pasaporte. Todavía afectan de forma distinta a la estructura geopolítica que caracteriza a nuestro mundo. Cualquier enfermedad es un espejo amplificador de los conflictos culturales, epistémicos, económicos y políticos que marcan el mundo contemporáneo.